Es posible que cometa habitualmente un error pensando que lo que me mueve a mi a hacer las cosas es lo mismo que mueve a otras personas, creo que se llama proyección. Esto me lleva a contaros que es lo que pienso de la avalancha de emprendimiento que veo ahora mismo y simplemente invitar a todo aquel que quiera emprender a que haga alguna reflexión.
Empecemos por mi pasado porque hay que entender el contexto, yo que presumo ser consciente de pasar periódicamente por estados de inmadurez:
En la época la burbuja .com me gusta pensar que paso algo parecido a esto con mi carrera: estaba surfeando en la playa. Vino el tsunami de internet y me arrastró montado sobre la tabla. Muchos ni lo notaron porque estaban en sus estables trabajos, otros se ahogaron por imprudentes y unos cuanto avanzamos muchos kilómetros en una ola única.
Siendo un amante de la programación acabé siendo gestor de mucha gente y con una posición que consideraba excelente. Ni tenía la edad, ni el conocimiento, ni la madurez para los puestos que desempeñaba pero pensaba que era un reto tratar de sacar el trabajo adelante. Pensaba que si mis responsables me había elegido eran ellos los que arriesgaban más que yo. Era una oportunidad irrepetible de la que estaba acostumbrado a salir bien parado y mi ego se hinchaba.
Lo triste es que el trabajo tampoco me acababa de gustar porque era un ritmo lento y demasiado político para mi estado de madurez. No digo que fuera malo el trabajo, todo lo contrario, incluso sería ideal para mucha gente, solo digo que yo no encajaba en ese momento de mi vida.
Cuando los aviones se estrellaron en las torres gemelas, el efecto mariposa acabó provocando que la empresa que me empleaba invitase a gente a marcharse a la calle con unas condiciones muy favorables. Y en ese punto aparecía un dilema.
– Me podía quedar temporalmente si no me acogía al ERE.
– Me podía acoger a él y salir a la calle, con el frío que hacía en ese momento.
Algo no tendría que estar haciendo muy bien cuando la empresa hizo una lista de gente que no se podía acoger al ERE, por ser necesaria para la continuidad del negocio, y yo no estaba en ella. Estoy seguro que fue por pasarme de listo.
Decidí coger el dinero pero ahora venía la parte peor, emplearme de nuevo.
Como había estado trabajando siempre, pensar en estar desocupado era angustioso. Pero no solamente pasaba eso. Hasta ahora la auto-imagen que me había hecho de mi mismo era de un camino de "triunfador" y por tanto, también tenía miedo de pensar cómo mi imagen podría verse afectada. Realmente ahora pienso que era un "fracasado que triunfa", porque dedicaba decenas de horas a hacer algo que no me gustaba y a mantener ese supuesto estatus. Con la expresión "fracasado que triunfa" hago referencia a un libro que se llama "El placer de no trabajar" pero esa es otra historia.
Buscar trabajo era complicado porque con un sueldo muy alto para el mercado y un puesto de mucha responsabilidad para mi edad, ¿donde iba a encontrar otra jollita igual? Además, un dicho muy común que me repetían los amigos era ese de "para atrás ni para coger carrerilla".
Aparecía también una fantasma que se llama la "sobre-cualificación". Las personas que te pueden contratar te ven demasiado experimentado/ambiciosos para el puesto o con demasiada formación. Prefieran a gente más tierna a la que poder formar. ¡Sí!, creo que muchos quieren a gente con menos criterio y lastre que no vean cómo una amenaza para su propio estatus.
Por lo tanto, una salida muy digna era: HACERME EMPRENDEDOR, EL NUEVO HEROE DE LA SOCIEDAD.
Ni tenía que justificar"me" encontrar un puesto mejor que el que tenía, ni tenía que aceptar uno más bajo y me daba unos meses de colchón que realmente me había pagado mi anterior empresa y el estado, que me subvencionaba "capitalizando el paro" cosa que realmente se agradecía.
Eso si, si salía bien, que no tendría porque salir mal, era la oportunidad de dar el siguiente salto que yo pienso natural en el escalón social: ser empresario. Es el nuevo VILLANO pero un villano odiado y admirado por igual 😉 Y sino con acceso a unos medios que habitualmente un trabajador normal no tiene.
Claro, a la hora de emprender un negocio hay algunos con más riesgo y otros con menos. Lo nuestro, que somos 3 socios, en Autentia era proporcionar servicios informáticos de soporte a desarrollo de alta gama por horas y formar a personal de otras empresas. ¡Si ya desde el primer día teníamos trabajo! Si no tienes trabajo haciendo eso a ver quién lo va a tener.
Ahora bien, ofertando y construyendo soluciones Web para mucha gente te vas dando cuenta de que hay dos grupos de emprendedores relacionados con las nuevas tecnologías: los realistas y los soñadores. La biblia decía: muchos son los llamados y pocos los elegidos y parece que la sociedad ahora invita a ser uno de esos llamados.
Los realistas saben, que hacer un proyecto cuesta mucho tiempo y dinero. Después de haber probado algunos proveedores informáticos han comprobado que construir software es duro y que ni se lo puedes confiar a un autónomo, que no sabes cómo de ocupado va a estar mañana, ni al sobrino que hace páginas Web. Además, saben que hasta que un producto pasa a ser una vaca lechera (termino de estrategia) es un niño travieso que puede salir bueno o malo y, o para hacer la situación viable tienen otros productos que les sustentan por el camino o disponen de financiación suficiente. Pongamos no menos de 400K Euros. Escucha algún inversor y verás que ellos apuestan por carteras diversificadas de 7 a 10 productos esperando que uno triunfe y que recuperen la inversión de todos.
Dentro de los soñadores, aunque hay de todo, tenemos a algunos provenientes de las escuelas de negocio, deslumbrados por los casos que estudian: Amazón, Google, FaceBook, eBay, etc.. piensan que con una idea y una empresa de capital riesgo que les apoye van a hacerse ricos. Parece que nadie les ha dicho que se tienen que olvidar sueldos altos y de no hacer una aportación que no sea más que su tiempo parcial. ¡Como me compre algún libro más que los ponga como ejemplo estas empresas, lo quemo!.
No caen en que su misma idea habitualmente se le ha ocurrido a miles de personas al mismo tiempo en muchos sitios del mundo. Cuando les preguntan de qué capital inicial creen que cuentan, habitualmente no les llega ni para construir decentemente una parte de la solución o te quieren como "socio tecnológico" donde ellos pongan esa idea y tu el trabajo técnico hasta tener algo que atraiga al capital riesgo. Podría ser hasta una buena idea darles cancha, obviamente si tienes el colchón económico y ellos una idea realmente diferenciadora y UNOS CONTACTOS relevantes. Aquí si que vale ser hijo de, amigo de …que tiene acceso a las redes de financiación. . Es que la idea solo es una parte del proyecto. Es la capacidad de llevarla a cabo lo realmente valioso.
Tenemos también a los soñadores que todavía no han empezado a trabajar seriamente o han capitalizado su despido o incluso abandonado voluntariamente sus empresas para emprender. A estos últimos son a los que veo algún posible parecidos a lo que me pasaba a mi hace 10 años. No se si son sinceros consigo mismos. Bien si son chavales de 20 años que viven con sus padres y que realmente el dinero no les apremia porque están el modo garaje. Probablemente mal si tienen una hipoteca, un cochazo y algunos niños pequeños como casi todos los que rondamos los 40.
Un grupo de chavales de 20 años tiene más probabilidades de poder dedicar un par de años a su sueño que un emprendedor de 40 que no sea pudiente, no se os olvide. Además, si suponemos que el coste laboral de un empleado es de 50K Euros al año (sueldo, seguridad social, equipo, espacio, gestoría, etc) un grupo de 4 chavales durante 2 años están invirtiendo esos 400K Euros en coste de mercado.
En el mejor de los casos, el emprendedor indemnizado disponen de 100k Euros para invertir en su proyecto. Siento decirle que se quedan muy muy cortos. Suele sumarse que tiene ese emprendedor un perfíl técnico, que cree que el solo pueden construir la semilla del producto con unos amigos a ratos, con un aspecto "mejorable", hasta que alcance la madurez para ser atractivos a los "supuestos inversores" y "clientes potenciales" con los que nunca ha hablado. Si encima le sumas un deseo porque el producto sea un ejemplo de libro sobre la perfección en el desarrollo de software, se está olvidando de lo más importante en el mundo de los negocios: hacen falta, aparte de usuarios únicos, clientes, inversores y recursos de marketing/comercial. Además hay que procurar ver alguna fuente de ingresos a corto plazo. Si leéis bien la película la red, por alíá andaba un amigo que tenía un padre que dejaba 100k dólares para hosting y se cruzó otro amigo de Napster que les puso en contacto con las redes del dinero.
Ideas buenas + capacidad de ejecución + contactos + fuentes de financiación a corto = posibilidades éxito. Solo posibilidad.
Cada día creo que va a ser más difícil que un nuevos sistema salgan adelante. Actualmente estamos saturados por nuevas iniciativas. Yo me he puesto a buscar aplicaciones para organizar partidillos de paddel y ya he acabado harto de probar opciones distintas y solo en castellano. Una tendrá que destacar mucho sobre las demás para ganar.
Ni siquiera los grandes lo tienen fácil como podemos ver Google con su Google+, con todo su poder no está encontrando el hueco que quieren. Solo tienes que escuchar las noticias sobre Yahoo o Microsoft y sus fiascos y no creo que sea ni por falta de talento ni de dinero. Alcanzar una masa crítica cuesta mucho. Cuesta acertar.
No digo ni mucho menos que no haya que emprender. Lo que digo es que hay que ser realista y sincero con uno mismo. Ya se oye hablar de una burbuja de emprendedores o startups, y creo que no están desencaminados. Hay que crear un tejido sensato si queremos salir de esta crisis y generar valor y riqueza y para que esto sea un pseudo Silicon Valley hay que ir despacio y con cabeza.
Tal vez el convertirse en EMPRENDEDOR SEA UNA HUIDA COMODA PARA NUESTRO EGO y un momento previo para un batacazo todavía mayor para muchos ilusionados MAL ACONSEJADOS.
Genial, Roberto, como siempre, tus reflexiones son muy acertadas. Y curiosamente David Bonilla publicaba hoy en su blog sobre algo muy parecido. En ese artículo de David le comentaba que yo llevo un tiempo dándole vueltas a la idea de si lo que necesitamos son startups (modelos disruptivos que escalen con facilidad) o simplemente negocios (que tardan más en consolidarse pero cuya tasa de fracaso es menor). Personalmente me siento más cómodo con la idea de los negocios. Ya sabes, soy un poco hippy y no me preocupa no forrarme ni crecer como la espuma. 🙂
Buen artículo, enhorabuena Roberto.
Gracias por compartir experiencias.
Sobre el artículo de David, veo acertada la relación startup = alto riesgo, empresa = conservadora, menos riesgo.
Jaime.
Emprendedor héroe es el que arriesga y se sacrifica por los demás, se prepara, está cualificado y sabe que su gente va a depender de él y que muchas veces estará solo y su trabajo no será gratificante.
Villano = persona que no le ha ido bien, y quiere ascender, tener prestigio, ganar más dinero, etc, por la vía fácil.
No hay color. Pero ganar el respeto de los demás no es fácil y el camino fácil puede engañar.
Son tiempos de mucho cambio, se nota…
Sobre psicología, te dejo el enlace correspondiente, desde mi punto de vista, es bueno intentar gestionar los propios procesos mentales para que no interfieran o seamos capaz de discernirnos de lo ajeno. Yo, en situaciones de estrés laboral, de estar metido al 100%, he recibido comentarios por parte de superiores, que no son dignos del jefe héroe que comento. También es cierto lo contrario, que he tenido jefes buenos de los que he aprendido más.
En fin, esa es mi pequeño aporte a este gran artículo. El enlace es el siguiente: http://es.wikipedia.org/wiki/Proyecci%C3%B3n_%28psicolog%C3%ADa%29
Saludos,