Últimamente estoy teniendo la suerte de leer libros muy interesantes, como hace poco: Hábitos Atómicos https://adictosaltrabajo.com/2022/09/20/comentando-el-libro-habitos-atomicos-de-james-clear/ y ahora le toca el turno a «La vida de 100 años«, que tengo que decir que me ha dado mucho que pensar. Es más, he propuesto una charla en una conferencia sobre el tema que titularé: «El programador con 70 años«, que al fin y al cabo es a lo que nos dedicamos hoy, a construir software.
Siempre recordar que todo lo escribo es una interpretación por lo que os recomiendo leer la obra para adquirir vuestro propio criterio.
El libro se puede resumir en estas ideas:
– Nuestros padres tenían una vida en 3 etapas: formación, trabajo y jubilación. Sería probable que el padre trabajara y la madre se ocupara de la casa (obviamente habrá muchos más escenarios) o, aunque trabajase la madre, podría haber sacrificado su carrera con reducciones de jornada o trabajos intermitentes que la penalizaron a nivel profesional y su futura pensión. En el caso de los hombres se incorporaron al mundo laboral jóvenes, tuvieron una etapa de descubrimiento y experimentación hasta encontrar algún trabajo que les fuera satisfactorio (pongamos con 25 años) y, posteriormente, trabajaron continuamente hasta los 65 años, donde presumieron de no tener ningún día de baja, cambiando poco de empresa. Las jornadas de trabajo serían altas y la esposa sería la que conectara a la pareja con la familia y los amigos. En algunos casos los trabajadores serían pre-jubilados manteniendo buenas condiciones económicas y de salud al final de su vida pero perdiendo, en este caso, su identidad vinculada a su trabajo. Su esperanza de vida no sería muy elevada y vivirían, medianamente bien, hasta los 70 y pocos años, pudiendo aprovechar poco los años de ocio.
– Ahora bien, las nuevas generaciones tienen ya una esperanza de vida cercana a los 100 años, con edades de jubilación legales que serán cercanas o superiores a los 70 años. Con la vida tan cambiante muchos trabajos de especialización media van a desaparecer por la evolución de la tecnología y ya veremos si hay trabajo para todos. También es posible que haya una sobre-cualificación generalizada (muchísimos estudiantes universitarios ocupando puestos para cualificaciones menores, con la frustración y pérdida de identidad) y un cambio de visión del mundo del trabajo y del ocio (menos dispuestos al sacrificio). Con esto, el periodo de formación y exploración será mucho más elevado (en torno a los 30 años) y los cambios de empresa serán mucho más numerosos que los de nuestros padres (menor vinculación emocional). Posiblemente las parejas estables con dos miembros trabajando tengan mejor capacidad de planificar activos. Es muy posible que incluso haya varios cambios de ocupación a distintas edades, no siempre siendo positivos económicamente. También más periodos de formación intermedios. Además 30 años desde la jubilación hasta la muerte son muchos y los gastos médicos o de asistencia, incluso de contribución a las necesidades de los hijos o nietos, requerirán de un patrimonio. Tener las finanzas saneadas no será suficiente con sistemas de jubilación casi quebrados. Por tanto, es necesario planificar pronto la adquisición de activos tangibles, intangibles para poder adaptarse a los cambios.
Dicho esto, ahora voy a pasar a destacar algunas de las ideas a partir de las páginas que he ido doblando.
Hay distintos tipos de activos:
Tangibles: Dinero, inversiones, casas, etc. con los que financiar una larga vida.
Intangibles: Lo que no tiene precio, que a su vez se categorizan en productivos (competencias, títulos, certificaciones, red de colegas, etc.), vitales (amistades, salud, bienestar, equilibrio, etc.) y transformacionales (autoconocimiento, flexibilidad, apertura al cambio, etc.).
El objetivo es que durante los últimos años de vida tengamos una renta disponible del 50% de la que tengamos al jubilarnos, entre la pensión de la seguridad social, plan de pensiones personal y rentas. La vivienda puede ser un activo convertible en renta a modo de hipoteca inversa.
En una vida larga posiblemente haya más de una carrera. Habrá etapas de largas jornadas (sobre todo cuando uno empieza o se auto-emplee), épocas de mayor equilibrio y épocas de contribución social (ayuda a ONGs o vinculación política).
Antes la primera etapa del la vida se dedicaba a la inversión y en las etapas posteriores el ocio será una parte muy importante. Curiosamente las rentas más altas tendrán menos ocio, pero más exclusivo (por lo que trabajarán todavía más), que las rentas bajas. En una vida larga las necesidades de inversión en formación se deberán producir en distintos momentos del tiempo, desplazando el ocio por ventanas.
Seremos jóvenes durante más tiempo. Antes una persona de 50 años tenía un comportamiento más parecido a sus abuelos que a sus hijos de 20 años. Ahora ya los gustos y hábitos de consumo son más parecidos con los hijos que con los padres.
La tecnología es un sustituto de los trabajadores de mediana cualificación y no tanto de los muy cualificados o poco cualificados. A medida que crecen las rentas de las clases más privilegiadas aumentan las demandas de servicios poco cualificados.
Las redes y relaciones profesionales constituyen el denominado: “capital social profesional” que habrá que no descuidar.
Es muy posible que se intercalen en las etapas algunas de exploración, productor independiente (se auto-emplean pero no tienen necesariamente que crear una gran empresa) y portfolio (trabajar en varias cosas a la vez, como asesores). Será útil tener una “esencia de juventud” donde la elasticidad y flexibilidad de la adolescencia serán muy útiles en una larga vida.
Encontrar una buena pareja se convierte en un atributo básico de una larga vida. El número de divorcios en los últimos años se han disparado, con el consiguiente deterioro de los activos tangibles compartidos por la unidad familiar (cada vez más diversa e igualitaria). Una vida más larga significa una complejidad familiar superior. En algunos casos una convivencia inter-generacional más amplia donde en muchas casas se compartirán espacios entre bisabuelos, abuelos, padres e hijos.
Para terminar, decir que el libro me ha gustado mucho. En los próximos años pienso que se va a producir una polarización de la sociedad (incremento de la inmigración desde países más pobres, perdida de poder adquisitivo por la inflación, inicio de una posible recesión global, aplicación de medidas populistas que espanten a inversores extranjeros y fortunas, sustitución de trabajos por robots o sistemas de inteligencia artificial, etc.) donde unos pocos tendrán más y otros tendrán menos de los activos que hemos comentado y, lo que es peor, poca conciencia de ello, por lo que la divulgación parece una muy buena idea.
Hay preguntas que nos deberíamos hacer todos (esto ya de mi cosecha):
¿Me dejo llevar demasiado por el consumo compulsivo? Si comprase acciones diversificadas, pongamos 100 Euros mensuales (el que pueda, claro) que efecto tendría para mi patrimonio dentro de 50 años.
¿De verdad necesito tanta ropa, el último móvil o ir a tantos sitios y hacer tantas cosas?
¿Tenemos un ocio demasiado banal? Os animo a analizar el tiempo dedicado a ver la tele y consumir series a diario.
¿Cuido mis activos vitales como el cuerpo o las amistades?
Cuando tenemos un buen trabajo ¿nos preocupamos de desarrollar relaciones profesionales duraderas? ¿Y adquirir habilidades pensando en etapas de productor independiente o portfolio?
¿Cuándo fue la última vez que fui a una charla o conferencia para aprender o relacionarme? Si fueras, ¿te sentirías cómodo o un extraño?
¿Cuál es el último libro (que mejore mis activos) que he leído?
Aunque nos guste mucho un trabajo ¿es sostenible durante mucho tiempo? ¿Tan sostenible para seguir haciéndolo con 70 años? Conozco a fisioterapeutas que tienen dolores articulares de dar durante años masajes, peluqueras que han sufrido alergias por contacto prolongado con químicos en las manos, etc.. ¿Se puede ser escolta, bombero o monitor de gimnasio con 70 años? ¿Y programador? ¿Existirán muchas profesiones actúales dentro de 30 años (con las evolución de las inteligencias artificiales)?
¿Cómo están mis activos transformacionales para adaptarme cuando llegue el momento?
Bueno, supongo que no sería mal tema para una charla, mesa redonda o grupo de trabajo.