Leer para mí es una necesidad. Ya hace tiempo que descubrí que una de las cosas que más placer me dan en la vida es la sensación de aprender y claro, se aprende de otros.
Este libro yo lo categorizo de «imprescindibles de aeropuerto» porque te lo comes en una sentada aunque, como todo lo que se hace deprisa, se saborea poco y por eso, voy marcando hojas para hacer una segunda lectura.
Cada una de esas hojas dobladas corresponde a alguno de los 84 principios para potenciar el talento y simplemente os muestro o comento algunas cosas como siempre, como las he entendido que no tiene porqué ser lo que quiere decir el autor o lo que entendáis vosotros..
Cuenta que ….
– La vida es un teatro abierto donde todo el mundo puede actuar pero donde la mayoría de la gente son simples espectadores apoltronados.
– Un triunfador es mucho más que un trabajador: es un obseso. Esto me recuerda a otra frase que leí no recuerdo donde diciendo que el éxito es el seguimiento de obsesiones sucesivas.
– Se ha incorporado una nueva palanca a las existentes: la del conocimiento, que ahora está democratizado a través de Internet y que nos tiene sobre informados (más allá de nuestra capacidad).
– La escuela puede malograr tratando de enseñar informaciones intranscendentes y no abre las rendijas al nacimiento de las vocaciones. Nos educan como clones e incluso los más hábiles tienen dificultades (como déficit de atención).
– La universidad es un rompehielos. Los osos hay que salir a cazarlos.
– Todo el mundo tiene claro que para tener una buena salud física hay que mantenerse en forma y hacer ejercicio pero ¿tenemos tan claro que hay que entrenar al cerebro?
– Si ante cada reto actúas como una gran oportunidad de tu vida, al final acabarás encontrándola.
– ¿Cuantas veces has propuesto a tu jefe una mejora concreta en tu empresa?
– La potenciación del intelecto y su encauce hacia el éxito radica en estar activos cerebralmente en aquellos lugares y momento donde la energía y libertad bullen y contagian. Si Picasso se hubiera quedado ….. en Málaga, sería un interesante pintor local llamado Pablo Ruiz.
– Competir es una palabra mágica y fértil.
– Los directivos son como una semilla que tienen la fase de hidratación, germinación y crecimiento.
– Todo negocio se sustenta en dos piernas: credibilidad y rentabilidad.
Vamos, que cada día estoy más animado a hacer nuevas cosas porque yo si quiero estar subido al escenario y competir por estar entre los mejores en lo que me proponga. Buen libro, os lo recomiendo.
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De verdaz que gustazo da leerte y que sano se te ve, me alegro mucho de ello y siento envidia sana…. Un comentario, Roberto, ¡yo me ofrezco miles de veces a dar mejoras y nadie me hace ni caso! En ocasiones pienso que las empresas, más que fomentar el crecimiento, el desarrollo del intelecto y el esfuerzo, ¡muchas veces son un obstáculo para ser felices, de verdad!
Gracias Jaime.
Leí una vez que antes de participar en una comunidad abierta, hay que ganarse antes el respeto de los demás con las aportaciones. Incluso recomendaba el hacer aquellas cosas que mucha gente no quería hacer. Es decir, si no has aportadado tu valor como tester, desarrollador, traductor, arquitecto, etc… las opiniones no se tendrán mucho en cuenta.
No digo que sea tu caso pero, si tengo una empresa y alguien lleva poco tiempo o sus proyectos o cursos no son un éxito destacable, me trata de aportar muchas mejoras estructurales …. como que paso un poco (aunque esto no signifique que lo ignore o le de una pensada).
Creo que hay que destacar con las reglas actuales de las organizaciones y luego, tratar de cambiarlas.
gracias che! no conocia ese libro pero lo has pintado muy bueno, voy a tratar de conseguirlo
Gracias por el consejo, Roberto. Tomaré nota. Primero, hay que ganarse a aquel que tiene poder de mando, y a veces pecamos de creernos demasiado buenos…